He apreciado mucho las clases de improvisación dadas en el marco del proyecto Dilluns Ballables en Sant Pere de Riudebitlles. En primer lugar, la precisión en la organización de todos los aspectos logísticos, técnicos y humanos. También recuerdo la presencia de un grupo heterogéneo, curioso y dispuesto a seguir las propuestas que sugería de vez en cuando para la clase. Considero el contexto de Dilluns Ballables un entorno profesional y enriquecedor para la comunidad de Sant Pere de Riudebitlles.